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El pasado 14 de marzo nos dejó Joan Berenguer, antiguo mecánico de la Aviación Republicana.

Nacido en Alcoi (Alicante) el 17 de febrero de 1917, Joan Berenguer Casasempere era uno de los últimos de la Aviación Republicana.

Joan nació en Alcoi un siglo atrás, y un fugaz pero tempranero contacto con la aviación -un avión de la Latécoère de escala en Alicante-, le cautivó. Según él, no era muy de la fiesta y cuando llegaban las de Moros y Cristianos aprovechaba para marchar en bicicleta a hacer largas salidas (auténticos viajes ...) con un amigo suyo. Este mundo, el de la bicicleta, ligado al de la mecánica, marcó los años previos a la guerra y seguramente el encaminó porque cuando estalló la contienda su experiencia le sirvió para acceder a la escuela de mecánicos de aviación y durante un tiempo se formó en las escuelas militares ubicadas en Valencia y Murcia.

Formó parte de las primeras escuadrillas de cazas soviéticos modernos con que se asumir el asalto a Madrid, y convivió con aquellos pilotos rusos con los que sólo se podía entender a través del lenguaje no verbal, lo que no impedía que las misiones salieran adelante y que el equipo avión, piloto y mecánico mantuviera un perfecto engranaje. Fue trasladándose de un aeródromo a otro siguiendo las escuadrillas y el guión de los acontecimientos, pero aunque vivió la guerra intensamente, sus recuerdos siempre evocan alguna anécdota de la vida cotidiana alejada de la batalla -una especie oasis de vida en medio de un mar de destrucción-, como la de la estancia, mientras convalecía su unidad, en la Mancha, durante la que aprovechó para hacer una excursión hasta las Tablas de Daimiel, una visita de la que recuerda la belleza del paisaje y de aquel oscuro y peligroso vino tinto con que calmaban la sed él y sus compañeros.

Durante toda la contienda bélica, Joan Berenguer se movió por diferentes puntos de la geografía republicana: Alcalà de Henares, Belchite, Caspe, El Vendrell y a partir de 1939, los campos de concentración franceses.

Vuela alto camarada.