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EN ISTRA

Comenzó el 17 de noviembre. Las niebla de la mañana difuminaba la distancia, el bosque, a duras penas visible fue iluminado de repente por las luces del fuego de la artillería. Nubes de tierra volaban por los aires y caían sobre las cabezas de los soldados y espesas nubes de humo cubrieron las trincheras.

15 minutos mas tarde los tanques enemigos empezaron a llegar a las posiciones del 258º Regimiento de Infantería.

Nuestra artillería antitanque entró en acción y varios Panzer ardieron pero el resto siguió su rápido avance. Recurrimos a botellas incendiarias que dejaron otra docena de tanques ardientes en el campo de batalla.

El intento de los alemanes de capturar la línea OnufriyevoRakovo-Mery falló. Sufrieron considerables bajas y tuvieron que interrumpir su ofensiva en este sector. Es mas, tuvieron que reforzar la artillería y redesplegar sus unidades.

Decidimos retirar al 258º Regimiento a la segunda línea en el área de Pirogovo. El CG de la división se movió al oeste de Korsakovo desde donde podía dirigir mejor la lucha.

El 16 y 17 de noviembre la división realizó nuevos actos heroicos.

El 16 de noviembre un pelotón de la 9ª compañía del 131º Regimiento de Infantería bajo el mando del Segundo Teniente Mikhail Beschastny mató mas de 100 soldados enemigos en la villa de Barynino y a pesar de la fuerte presión ejercida por unidades enemigas de infantería motorizada y carros de combate mantuvieron la posición hasta recibir la orden de retirada. El pelotón de Beschastny combatió otra desigual batalla el 17 de noviembre y de nuevo acabó con multitud de soldados y oficiales enemigos, capturando valiosos documentos. En esta batalla, sin embargo, el propio Beschastny fue herido y tuvo que ser evacuado a un hospital.

Yakov Gordopolov, ametrallador de la 3ª Compañía de Ametralladoras del 258º Regimiento de Infantería también se distinguió en esos días. Combatiendo mano a mano con el enemigo a la bayoneta acabó con siete soldados nazis y un oficial. Fue herido pero no dejó el campo de batalla. Reemplazando a un compañero muerto, Yakov continuó disparando y manteniendo al enemigo en su puesto durante mucho tiempo. Cuando su ametralladora se estropeó se abalanzó sobre el enemigo con granadas y se enlazó en un combate cuerpo a cuerpo. El valeroso soldado arriesgó su vida para salvar la de su comandante.

¿cómo premiar a tales héroes? Se les propuso y rápidamente obtuvieron la Orden de Lenin.

La lucha se hacía mas fura cada hora. Aunque los nazis se ahogaban en su propia sangre seguían avanzando de obstinadamente. El teléfono que me conectaba con el CG del 16º Ejército sonaba constantemente.

¿Dónde está el enemigo?

¿Dónde están nuestras unidades?

¿tiene comunicación y cooperación con sus vecinos? Esta y otras preguntas venían constantemente. Podía sentir la preocupación en el CG del Frente.

En mitad de la noche Rokossovsky me telefoneó.

“¿cómo va todo?” preguntó

Le informé circunstancialmente como pude. El jefe quería conocer detalles de las unidades vecinas y yo temía que no todo iba bien.

Para rematar, se presentó una mala situación en los sectores de las 18º y la 144º Divisiones. En la tarde del 19 de noviembre fui informado por el CG de la 18ª División (en nuestro flanco derecho) que tras fuertes combates en Novo-Petrovskoye y Rubtsovo se replegaban con el permiso del mando a la línea Rybushki-Rumyantsevo-Yadromino. Un poco mas tarde, el enemigo incrustó una cuña en las defensas de las 144º División, que esteba en nuestro flanco izquierdo.

Así, ambos flancos de la división fueron envueltos por el enemigo, que nos alejó de nuestros vecinos 8-10 kms. La 78º División estaba medio cercada.

La situación se agravó con la pérdida de las comunicaciones con el CG del Ejército y tuvimos que tomar las decisiones solos. Mi gabinete y yo decidimos mantener las defensas y reestablecer las comunicaciones. Al final, intentamos comunicarnos por teléfono y por radio y enviar un oficial de enlace.

La lucha aumentó. Nuestros observadores recibían fuego enemigo de todo tipo, teniendolos que mover constantemente, lo que complicaba el control. De nuevo debo agradecer a mis asistentes, Coronel I. F. Fedyunkin, jefe de EM de la división, y Teniente Coronel A. I. Vitevsky, Jefe del primer departamente del EM de la división los cuales nunca perdieron el contacto con las unidades y siempre estuvieron prestos a informar y aconsejar.

Fueron de gran ayuda en esa época. El Jefe de EM informaba con brevedad y eficiencia de la situación de las defensas de la división, cosa harto complicada.

La división combatía contra unidades de la 252º División de Infantería, la 10º Panzer y la Das Reich SS motorizadas. Estas unidades avanzaron 15-17 kms en nuestros flancos, mientras la 5º División Panzer atacando desde la cuña en nuestra derecha trataba de cortarnos la retaguardia. El enemigo nos superaba en número.

La única solución posible era la retirada organizada a una nueva línea de defensa, pero no había forma de obtener instrucciones del Comandante del 16º Ejército. El fin inevitable se acercaba.

Han pasado mas de 20 años desde entonces. Voy pasando las descoloridas páginas de los sumarios de las operaciones y los informes de los combates de esos días heroicos y en mi mente se ve todo lo que pasó cerca de Moscú en 1941. Vuelvo a sentir lo que sentía entonces y en mas, analizo críticamente las acciones que tomé en su día ¿qué otra cosa podíamos hacer? ¿cometimos errores? No puedo reprochar a los soldados y oficiales de la 78º División de Infantería. Ellos tenían el deber de detener al enemigo en el camino de Moscú, en Istra.

Es complicado decir que podría haber sucedido en esas circunstancias de no haber recibido órdenes del CG del Ejército. El 20 de noviembre recibimos la orden de retirarnos ordenadamente, combatiendo en dirección a Istra en la mañana del 21 de noviembre para ocupar una nueva línea de defensa: Kholuyanikha-Veretyonki-Frolovskoye. El oficial que retornó del CG trajo una confirmación escrita de esa orden. Al mismo tiempo fuimos informados de las promiciones de comandantes y diferentes jefes.

Fueron duras horas. Era muy importante mantener el control y ocultar a los hombre mi pesar por la retirada. Podía decirl con seguridad que ningún hombre vaciló en nuestras filas. Parte del mérito lo tiene los oficiales políticos. Influyeron en los hombres no solo por lo que dijeron, sino con su muestra de coraje y disposición a dejar sus vidas por la victoria, nuestros oficiales y soldados tenían un ejemplo de heroísmo.

Aquí hay uno de muchos ejemplos. Cuando los alemanes iniciaron la ofensiva, el instructor político Ivan Romanenko, del 40º Regimiento de Infantería estaba en el 1er Batallón. Con un grupo de soldados, Romanenko atacó y destruyó dos emplazamientos enemigos. El 18 de noviembre una compañía de asalto enemiga atacó a nuestras unidades en Gorodishche y penetró en la ciudad. El jefe de la compañía y dos pelotones perecieron. El mando se perdió, pero el instructor político estaba allí. “El enemigo debía ser detenido a toda costa” se dijo a si mismo y sin necesitar órdenes. “¡¡Seguidme!!” saltó de la trinchera y lideró a los hombres al contraataque. Las tropas recuperaron su autodominio. Los alemanes perdieron cerca de 60 hombres en la batalla, el resto huyó presa del pánico. De esta forma, gracias al coraje del instructor político, el fortín de Gorodishche permaneció en nuestras manos. El intento del enemigo de flanquearnos fracasó.

Por sus acciones y por su resolución en la lucha Ivan Romanenko recibió la Orden de Lenin.

Siguiendo las órdenes del comandante del ejército, la 78º División construyó una nueva línea de defensa que cubría las aproximaciones a Istra por el Oeste. Considerando que la dirección mas probable del avance alemán decidimos fortificar el sector Novo-Daryino-Frolovskoye. Nos habíamos retirado de forma organizada, sin pánico y bajo la protección una fuerte retaguardia. El CG despachó las órdenes rápidamente. Lo primero, hicimos retroceder a la artillería, luego a la segunda línea y por último, al grueso de la división.

No es fácil retirarse. El enemigo sigue presionando. Nuestras unidades repelieron ataques en el flanco por parte de tanques, infantería motorizada y unidades de asalto que querían ocupar la retaguardia. Tuvimos que alejar a las unidades de la 5º División Panzer fuera de nuestras rutas. La 18º División de Infantería y la 146º Brigada Acorazada nos ayudaron mucho. Realizaron ataques contra el enemigo que permitieron al 258º Regimiento de Infantería alcanzar Kholshchevniki. Tales ayudas mutuas fueron muy importantes.

Un dia fuimos incapaces de contactar con el comandante de la 146º Brigada Acorazada. que estaba desplegada a nuestra derecha y que de acuerdo con las órdenes del actuaba conjuntamente con nosotros. Le pedimos ayuda al comandante de la 18º División de Infantería. A pesar de las dificultades, nos ayudaron a contactar con la 146º Brigada Acorazada y coordinar todos los detalles de los futuros ataques contra el 5º Ejército Panzer. (NOTA. En el original aparece anteriormente 5ª División Panzer y ahora 5º Ejército Panzer)

La lucha continuaba día y noche. Olvidando la fatiga, los soldados y oficiales llevaban a cabo sus misiones, a menudo el material fallaba, los tanques se averiaban y los caballos se caían agotados, pero las personas continuaban.

No había tiempo para reuniones o discursos altisonantes. Los oficiales políticos pasaban su tiempo con los pelotones y compañías. Como Romanenko y otros, convencían a los hombres con su ejemplo personal. Esto producía un ansia de imitación por parte del resto.

Un día hablé con Vladimir Suvertei, sargento-mayor de la 7º Compañía de Infantería del 258º Regimiento. Este soldados estaba realmente impregnado de las mejores cualidades del soldado soviético: Gran eficiencia, capacidad administrativa, valor, frescura y un inagotable optimismo.

El organizó la logística (debe hacerse notar que a pesar de la retirada y el continuado bombardeo nunca hubo problemas de alimentación) y a la compañía nunca anduvieron faltas de municiones, provisiones, ropas u otro equipo. Pero solo era un hombre. El cuatro de noviembre, un grupo de asalto alemán alcanzó la retaguardia de la compañía. El Sargento-mayor Suvertei reunión a los hombres y lanzó un contraataque. En esta batalla acabó con 13 nazis usando bayoneta, granadas y pistola.

E incluso ese día la compañía recibió la comida a tiempo.

“Es lo habitual de la guerra” dijo y añadió sonriendo “Debemos ayudar a acabar con esos Fritz, camarada Comandante, Estos han sido muy imprudentes”

“tiene razón” le dije “pero no es tan simple”

“Pero ese es su papel, Camarada General. Para eso eres el jefe. El nuestro es trabajar duro” concluyo con una amplia sonrisa.

Si, pensé impresionado por esta charla, los alemanes tienen un duro trabajo para comprender la “misteriosa alma rusa” Con semejantes hombres, no solo les romperemos el espinazo, también les disuadiremos de avanzar sobre Moscú.

Aquellos días precisábamos mucho esta fe. Del 20 al 22 de noviembre, unidades del 30º y 16º Ejército lucharon fieramente en Klin. En la mañana del 23 de noviembre los alemanes envolvieron la ciudad desde el noroeste al suroeste y en la noche del 23 nuestras tropas tuvieron que abandonar la ciudad. Se formó una amplia brecha entre el 30º y el 16º Ejército que amenazaba las defensas de Moscú. El 29 de noviembre el enemigo alcanzó el canal Volga-Moscú y capturó Yakhroma. Los nazis sitiaron Rogachov, Kryukovo y Bely Rast y ahora estabana 30 kms de Moscú.

El mando nazi estaba jubiloso. Un esfuerzo mas y tomarían Moscú, pensaban. Pero solo en apariencia.

El Ejército Rojo Luchaba firmemente. El flanco izquierdo del 16º Ejercito combatía con fuerzas muy superiores en Istra y Solnechnogorsk.

En la tarde del 21 de Noviembre nuestra 78º División de Infantería alcanzó la línea Kholuyanikha-Veretyonki-Kholshchevniki-Zhilino-Novo-Daryino-Frolovskoye y se preparó para la defensa. La 18º División de Infantería defendió la línea Rumyantsevo-Yadromino a nuestra derecha. La 108º División de Infantería vino desde la reserva del Frente Occidental a la línea Gorshkovo-Ivashkovo y reemplazó a la 144º División de Infantería que se retiró a la reserva. La 108º División estaba al mando del Mayor-General I.I. Barichev. Así que los flancos de la 78º División estaban de nuevo protegidos por nuestras tropas.

La situación y la experiencia defensiva sugería que debíamos preparar las defensas contra tanques. Esto solo lo podíamos hacer mediante contraataques y asaltos. Fue la idea adoptada por todos los comandantes.

En este punto hay que hacer notar que nuestra artillería jugó un importante papel en la defensa, ayudando a repeler los ataques enemigos y apoyando nuestros contraataques. El jefe de la artillería, Mayor Major N. D. Pogorelov, el jefe del 201º Regimiento de Howitzers Major B. S. Pokryshkin , el jefe del 159º Regimiento de Artillería, Mayor F. M. Osipovich y todos los artilleros fueron parte de ello. Tan pronto como alcanzamos nuestras líneas de defensa al oeste de Istra, en Consejo Militar del Frente que daba una especial importancia a la dirección de Istra ordenó a nuestra división que se conectara telefónicamente con el Frente. Nos podíamos comunicar con el CG del Frente en cada momento.

En la noche del 21 de noviembre sonó el teléfono. Al otro lado estaba el Teniente General V. D. Sokolovsky jefe de EM del Frente. Quería saber como estaban organizadas las defensas y que precisábamos para mantener Istra y evitar futuros avances enemigos a lo largo de la carretera de Volokolamsk.

Le hice un detallado informe y le pedí que si era posible, nos reforzara con tanques.

El general me contestó “Cada cosa a su tiempo, veré que puedo hacer” y deseándome éxito se despidió.

Supe lo que las palabras “cada cosa a su tiempo” significaba que solo dos semanas después las cadenas de los tanques empezarían a sonar, las ruedas de los vehículos empezarían a rodar y las botas de los soldados rápidamente marcharían a través de las carreteras desde Moscú. Era la contraofensiva.

Mientras teníamos nuestra conversación aún no conocía los planes de contraofensiva que estaba preparando el GCG.

Fuertes combates continuaban la mañana del 22 de noviembre. Nuestra división estaba siendo atacada por unidades del 10º Panzer, la División Motorizada SS Das Reich y por las 262º y 87º Divisiones de Infantería

El comisario y yo visitamos las posiciones de nuestros regimientos. Nuestro coche se movía con dificultad. En las colinas, la carretera estaba helada, mientras que en los valles estaba cubierta de una nieve profunda. El coche se deslizaba. El enemigo nos bombardeaba constantemente. Se les podía oír las 24 horas del día. La helada era mas fuerte, cubriendo de escarcha los sombreros y los abrigos.

A la petición del comandante del 131º Regimiento de Infantería bajo el mando del Coronel N.G. Dokuchayev le contestamos como se combatía de duro en ese sector. Rechazando un ataque enemigo, el artillero anticarro Sargento Junio Ivan Savinykh destruyó dos carros y un blindado y mató a mas de 150 nazis. Pero los hitlerianos continuaban el ataque. Ebrios de lucha continuaban. Cinco carros atacaron la posición del Sargento Savinykh.

Uno mas fue destruido, y otro mas acabó ardiendo. Pero no consiguieron detener al enemigo. Un carro de caballos acorazado llegó desde la colina pero fue destruido. La batalla se hacía mas intensa cada minuto. Nuestros héroes tenían sus momentos mas duros. El conductor y dos miembros de la tripulación fueron heridos y sus caballos muertos. Con la ayuda de los tres supervivientes Savinykh llevó el cañón a una nueva posición desde la que podía hacer fuego directo y siguió disparando hasta rechazar el ataque enemigo.

Los combates seguían con intensidad el 25 de Noviembre. Mucho fortines y lineas cambiaron de manos varias veces. Casi cada ataque enemigo acababa en una lucha cuerpo a cuerpo que aterrorizaba a los nazis. En la mayor parte de los casos, nuestros hombres vencían y volvían las posiciones iniciales. Nuestros combatientes luchaban a muerte.

Recuerdo el siguiente episodio, el Coronel A.P. Konovalo, jefe del 40º Regimiento de Infantería me telefoneó en Zhilino y me informó que el enemigo había había aniquilado a una de las unidades del 2º Batallón, incrustando una cuña en las defensas y alcanzando las afueras de Kholuyanikha. Me dijo que había reunido todas sus fuerzas y preparaba un contraataque para restaurar la situación usando señaleros y zapadores. Aprobé su decisión y prometí ayudarle. Por ello ordené al 258º Regimiento de Infantería lanzar un ataque con un batallón contra los nazis que había roto Kholuyanikha, mientras que el 210º Batallón de Howitzer fue asignado en su apoyo.

Las unidades enemigas cayeron bajo el fuego del 159º Regimiento de Artillería y los montajes cuádruples de AAA. Por orden del CG de Artillería el fuego del 210º Regimiento Howitzer fueron trasferidos ahí. Aprovechando la confusión del enemigo y el apoyo que recibían, los zapadores y señaleros del 1er Batallón del 258º Regimiento contraatacaron a los nazis y les hicieron retroceder. El enemigo dejó casi 300 muertos en el campo de batalla. Aquellos que sobrevivieron luego fueron tomados prisioneros. La situación fue restaurada y el peligro de una brecha en la división desapareció.

Pero no fue todo éxito. La 18º División de Infantería que operaba a nuestra derecha recibió la orden del CG la mañana del 24 de noviembre de comenzar la retirada la noche del 25 para organizar las defensas en el sector Skrikovo-Andreyevskoye-Nikulino. Como supimos mas tarde, una orden similar fue dada a nuestra división, pero no la recibimos (porque el enlace había muerto) y continuamos luchando en la antigua posición (esto fue una buena lección. A partir de ahí, las órdenes venían duplicadas)

Recuerdo que cuando luchábamos estas fieras batallas cerca de Istra fuimos visitados por los escritores Vladimir Stavsky, Alexei Surkov, Alexander Bek, Yevgeny Petrov y Yevgeny Kriger, que fueron a las trincheras y parapetos, hablando con los soldados y oficiales y luego escribieron de sus hechos heroicos en la prensa. Surkov y Bek incluso tomaron las armas con el 258º Regimiento en la batalla nocturna de Trukhanovka.

El 24 y 25 noviembre fueron con mucho los días mas duros, al tiempo que se mostraba la firmeza y heroismo del pueblo soviético, su inigualable coraje, su deseo de lucha y su inagotable fe en el Partido Comunista. Este frustró los planes enemigos. Esto se confirmó cuando 353 personas de mi división solicitaron el ingreso en el Partido y en el Komsomol en noviembre. Eran los mas valientes entre los valiente, los mas bravos entre los bravos.

Los Comunistas y los miembros del Komsomol fueron la base de nuestras filas

El Mayor Ivan Romanov, jefe del 1er Batallón del 258º Regimiento de Infantería siempre estaba donde la situación era mas compleja y hacía lo posible por solucionarlo. Su batallón derrotó repetidamente a enemigos superiores en número. Repelió muchos ataques de las unidades de élite de las SS, los nazis eran derrotados por sus contraataques y huían hacia sus posiciones, dejando muertos, heridos y material en el campo de batalla. El batallón de Romanov nunca abandonó sus posiciones sin recibir la orden. Sus soldados se llamaban orgullosamente a sí mismos los Romanovites. Un gran honor para un comandante y muy merecido.

En el culmen del combate fuimos visitados por el General Zukhov, Jefe del Frente junto con el General Rokossovsky, Jefe del 16º Ejercito. Tras dos noches sin dormir, me había acostado, pero a duras penas podía cerrar los ojos cuando mi ayudante me dijo que habían llegado. Entré en el sótano donde estaba ubicado el CG y empecé mi informe, pero Zukhov me detuvo con un gesto y simplemente pregunto “¿cómo van las cosas?” y fue a la mesa donde estaba el mapa con la última información sobre la defensa de la división. Le informé de la situación y le comenté las bajas que habíamos sufrido los dos últimos días. Puso mala cara y girándose al General Rokossovsky le dijo “lo mismo en todas partes. Demasiadas bajas, causadas especialmente por la aviación. Es la hora de poner fin a esto” Entonces me dijo “Has informado que la 5º División Panzer opera en tu sector ¿estás seguro? ¿no se habrán confundido las unidades de reconocimiento? Según mis informes está atacando al 5º Ejercito ¿tienes pruebas de ello? ¿prisioneros?” Le dije que teníamos documentos de soldados de la 5º División Panzer muertos en nuestro sector. Es mas, habíamos observados cerca de 100 tanques de esa división concentrados cerca de la ciudad de Nefedyevo. Hemos intentado capturar prisioneros, le dije, pero aún no lo hemos logrado. Tuvimos suerte, en ese momento se abrió la puerta y entró la sonriente cara del Mayor A. A. Tychinin, jefe de la Unidad de Reconocimiento. “¿nos podríamos haber equivocado?” Le dije al General Zukhov que dejara pasar a Tychinin. El informe fue breve “Hemos capturado a un Hitleriano y nos ha dado información de la 5º División Panzer” Ahora nadie tenía dudas. Zukhov vio ahora que la división estaba en una situación crítica y ordenó que fuera reforzada por una brigada de infantería., una brigada acorazada y un batallón de cohetes. Al final de nuestra conversación, el General Malinin, jefe del EM llamó preguntado por el General Rokossovsky. Su cara mostraba que la información no era agradable “hemos perdido Klin” dijo, colgando “Las cosas no van bien” respondió Zukhov” En la mañana del 25, tropas nazis reforzadas por nuevos contingentes se lanzaron sobre la presa de Istra y el río. Las tropas del flanco izquierdo del 16º Ejército, excepto la 78º División se retiraron a la orilla oriental del río y la presa se abrió por orden del mando. El resultado fue una corriente de agua de 2,5 metros de profundidad a lo largo de unos 50 kms al sur del pantano. El enemigo intentaba cerrar las presas pero fueron detenidos por nuestro fuego y su ofensiva en este sector fue detenida. Sin embargo, continuaban presionando con fuerza al norte de la presa y en la intersección entre el 16º y el 5º Ejércitos, sobrepasando Istra por el norte y por el sur. Ante la presión del 9º Cuerpo de Ejercito, de las 108º, 144º y 50º Divisiones de Infantería y el 5º Ejército tuvimos que retirarnos y al final del 24 de noviembre alcanzamos la línea PetrovskoyePolushkino. Así, el 25 de noviembre, de todas las unidades del 16ª Ejército solo la 78º División permanecía en la orilla occidental del Istra y seguía defendiendo la ciudad.