Las denominadas “tijeras” es la maniobra defensiva por excelencia, si bien es cierto que también puede ser una excelente maniobra ofensiva en determinadas circunstancias, sobretodo si nuestro avión es más maniobrable a bajas velocidades y si tiene una mayor velocidad de alabeo. Pero lo cierto es que las tijeras se usan, sobretodo, a fin de conseguir salir airosos de una de las situaciones más complicadas del combate aéreo: aquélla en la que el enemigo está situado en nuestro hemisferio posterior, prácticamente a nuestras 6 y a punto de disparar.

Las tijeras horizontales consisten, básicamente, en una serie de virajes encadenados, realizados a la menor velocidad posible y al mayor régimen de alabeo, intentando conseguir que el enemigo se “overchute” (para el que aún no entienda la expresión, que se pase de largo en el viraje, que se quede por fuera del viraje del defensor) en tales virajes, hasta conseguir que, o bien rompa cesando nuestra persecución, al menos momentáneamente, o bien quede por delante nuestro, incluso en posición de disparo si no es lo suficientemente listo para romper a tiempo a la vertical.

Éste es el esquema de unas tijeras horizontales visto desde arriba::



Posición 1.- El caza ruso es perseguido por el alemán.

Posición 2.- el caza ruso vira fuertemente y perdiendo velocidad hacia el atacante y éste se overchuta, al ser menos lento y tener menos capacidad de giro, no pudiendo seguir su viraje.

Posición 3.- El ruso cambia el viraje, lo más rápido posible, el alemán intenta seguirle pero cada vez se overchuta más, aumenta la distancia entre las trayectorias.

Posición 4.- Prácticamente nos encontramos con un viraje morro a morro en la que el alemán carece ya de ventaja (cuidado con el tiro de oportunidad).

Posición 5.- Si el alemán continúa empeñado en seguir los virajes y hemos conseguido hacer bien las tijeras, es posible que nos lo encontremos delante y en posición de disparo.

¿Cuáles son los principales factores que influyen en las tijeras horizontales?

Principalmente 3:

A) La rapidez con que se ejecute el cambio de sentido.- Es fundamental. Debemos conseguir la mayor velocidad en el cambio de sentido del giro, y para ello debemos meter toda la palanca al lado del viraje para alabear al máximo, así como pedal del lado del giro. Hay que tener en cuenta que al momento del cambio de sentido del giro hay un momento en que se vuela nivelado, cuanto más pequeño sea ese momento, menos posibilidades habrá de que nos disparen.

B) La elección del momento en el que realizar el cambio de sentido.- También es fundamental saber cuándo realizar el cambio de sentido, ni demasiado pronto porque igual el alemán aún no ha empezado a seguirnos en el viraje ni se ha overchutado, ni demasiado tarde porque entonces habrá empezado a tomar medidas para corregir tal overchute. La elección de tal momento lo da la práctica y el entrenamiento. Es muy difícil explicar cuándo debe hacerse, pero digamos que el momento óptimo es cuando el alemán ha comenzado ya a seguirnos en el primer viraje, entonces debemos aprovechar nuestra velocidad de alabeo y cambiar el sentido.

Eso sí, la mejor forma de apreciar el momento adecuado para el cambio de sentido del giro es cuando nos hacen a nosotros las tijeras y vemos que prácticamente nos pasa por delante en sus cambios de giro y comienza a quedarnos por detrás el avión enemigo, obligándonos a acelerar a tope y alejarnos para no darle opción de tiro. Ésa es una buena tijera.

C) La maniobrabilidad del avión a bajas velocidades.- Existen aviones que siendo maniobrables y teniendo buena capacidad de alabeo y pequeño radio de giro no son demasiado buenos a bajas velocidades. Por el contrario, aviones como el Emil, que parecen pesados en los virajes y alabeos, se comportan bastante bien a bajas velocidades. Pues bien, tal comportamiento a bajas velocidades influye bastante en la correcta ejecución de las tijeras.

Aunque lo cierto es que, como tal comportamiento no depende de nosotros sino del avión, nada podemos hacer al respecto y debemos preocuparnos más por los otros dos factores, puesto que si maximizamos la velocidad del cambio de sentido y elegimos correctamente el momento de hacerlo, seguramente podamos contrarrestar la mejor maniobrabilidad a bajas velocidades del enemigo.

En definitiva, controlar las tijeras defensivas horizontales es fundamental y es seguro que nos sacará de muchas situaciones comprometidas, al menos otorgándonos el tiempo suficiente para escapar del combate o esperar la ayuda de los compañeros.

Esta lección pretende enseñar los fundamentos básicos de esta maniobra, que podréis observar mejor en los trks que la acompañan, como siempre es recomendable verlos primero desde la cabina del defensor (que es el que ejecuta las tijeras) y después con externas controlando las vistas para ver cómo se overchuta el atacante y tiene que cesar en su ataque.